miércoles, 2 de julio de 2008

Hoy visitamos Nara

Tal y como estaba programado en la agenda, hoy tocaba visitar Nara. ¿Y qué es Nara? Bueno, en breve, Nara fue la capital de Japón durante parte del siglo VIII, y es una población de tamaño medio, algo así como dos veces San Sebastián.

Quedamos bastante pronto, a las 9:00 teníamos que estar ya moviéndonos hacia Nara desde la Universidad, en autobús. Hemos tenido que esperar a algún rezagado, pero hemos salido bien de tiempo.

¡Vamos a Nara!



Durante el viaje, de nuevo el orientador jefe, Shichijo, nos ha explicado con su espléndida voz de locutor y su estilo formal en qué va a consistir el día (de verdad, un día de estos voy a grabarle, tendría que estar en la radio). ¿Y sabéis qué he visto al ir hacia Nara? ¡El edificio de Nintendo! Una pena no haber parado un rato, pero ni siquiera sé si tienen algún museo o algo, ¡ya podrían tener!

Volviendo al tema: lo primero ha sido ir directamente al Toudai-ji, o Gran Templo del Este. Es un complejo de templos budistas, rodeado de jardines (cómo no). Lo más llamativo es que había un montón de ciervos en todas partes, y se mostraban muy cariñosos si tenías alguna galleta para ofrecerles. Si no, te olisqueaban un rato y pasaban de ti, típico de estos bichos. En la foto tenemos a Efra amansando a las fieras:



Por ahí también te encontrabas a monjes novicios que por algunos yenes posaban para ti en fotos. Llevaban esos sombreros de ¿paja? con forma cónica. No me hubiera importado llevar uno yo también, ¡porque hacía un calor de narices!



Adentrándonos en el complejo, que tenía un estanque con carpas y todo (sacando la boca como pidiendo comida, ¡estos también igual!), llegamos a la zona principal. Sorprende lo grande del edificio que nos encontramos. Puede que en la foto no se notase, pero en directo daba impresión de ser enorme.



A la entrada había una especie de pila con arena y palillos de incienso clavados, que desprendían humo. Al parecer, la gente se acerca el humo a la cara como para purificarse. Aquí tenemos a un par de nuestras asistentas japonesas en pleno proceso de purificación, Yuki es la de la derecha (la de la izquierda no me acuerdo porque hoy es la primera vez que le veo y entre presentaciones que se hacen a diario se me van los nombres):



Nada más entrar, nos hemos encontrado con un Buda bien grande:



Ocupaba la zona central del edificio. De noche, se ilumina el interior, y desde fuera puede verse la cara del Buda a través de una abertura en la fachada. Queda muy curioso, y como había una postal de eso, me la he comprado (50 yenes, parece que cuestan eso casi todas las de tamaño normal). Además, puedes colocar un par de sellos de tinta en la postal, uno del Buda y otro del templo, que quedan bonitos. A uno de los compañeros ingleses se le ha ocurrido la feliz idea de ponérselos en la piel como un tatuaje. A ver cuándo se le borran.

En el mismo recinto, el Buda gigante compartía piso con otras figuras más pequeñas, pero todas de más de 3 metros. ¡No está mal! Además, había tienda de souvenirs. He comprado algún regalo interesante para mis sobrinos, además de la postal. ¡Espero que les guste!

Después de eso, hemos ido al centro de Nara, no sin antes tomar un refrigerio porque el calor apretaba.

En el centro, hemos ido a una calle comercial de esas con tejabana. ¡Parece que eso algo normal por aquí, porque todas las calles comerciales tienen el mismo planteamiento! Pero ésta era más pequeña que las de Kyoto. Al salir de la calle, hemos ido a un restaurante... ¡al que se entraba a través de una tienda de ropa para mujer! Si no me dicen que existe, nunca me habría dado cuenta de que estaba ahí.

Al parecer, era uno de esos sitios de "buffet come todo lo que quieras". Bueno, tenía truco porque no teníamos mucho tiempo para comer. En cualquier caso, hemos probado casi todo: sopa de miso, tenpura, arroz, salchichas, una especie de tortilla fina, una especie de croquetas, una especie de... ¡ah! cuidado con la mostaza japonesa, ¡es casi peor que el wasabi! Los que me conocen sabrán que el picante no me afecta mucho... pero esto me ha puesto la cara un poco colorada. Supongo que ayudó el que pensara que era mostaza normal y tomara un montón de un bocado, pero de todas formas os aseguro que era picante a la altura del wasabi.



De postre, teníamos algunas gelatinas un poco raras (¡una sabía a pipa de girasol!), y en una taza... ¡gelatina de café!

Nada más terminar, nos fuimos a hacer la segunda visita en Nara, al Horyu-ji. Es otro templo budista. Al parecer, guardan algunos tesoros nacionales, que no dejan bajo ningún concepto que los fotografiemos. Pero sí hemos podido tomar fotos de algunos jardines y edificios muy curiosos:



Este dragoncillo echa agua para purificarnos usando esos cazos. ¡La técnica es muy curiosa! No se debe tocar el cazo con las manos en ningún momento:



Un edificio de la sala principal, con Shichijo que se me ha colado delante, y Efra perdido atrás a la izquierda:


Aquí estamos los compañeros mexicanos, japoneses y un servidor:




He pasado un largo rato dentro de la galería de tesoros y objetos culturales de alto valor. ¡Hacía fresquito! Pero fuera, donde hacía un calor horrible, sin viento y con humedad extrema, les decía a las compañeras japonesas que había que concentrarse diciendo "¡atsukunai!", algo así como "¡no hace calor!"

Esta visita ha sido larga, porque el complejo de templos era grande. Aunque lo dicho, no dejaban hacer demasiadas fotos de Budas y demás cosas que había por ahí, como minisantuarios (shrine los llaman en inglés), interior de algunos edificios etc.

Terminado esto, nos hemos ido al autobús para volver a Kyoto, a la universidad. Las japonesas nos han propuesto ir a cenar a un sitio de sushi cercano, cosa que hemos aceptado gustosamente.
Pero como había algo de tiempo antes de ir a cenar, hemos visitado rápidamente un pequeño templo cercano al lugar. No encuentro su nombre por ningún lado ahora mismo, lo siento. Hemos encontrado a la entrada una señora mayor rezando, aunque se ha ido enseguida y hemos tenido vía libre para mirar con tranquilidad. Esto ya no era un lugar turístico y se notaba. De hecho, al llegar a la zona, alguno que estaba en la terraza de su casa ha salido a mirarnos con curiosidad.

El templo era un lugar recogido, más íntimo que los demás. No había nadie para recibirnos ni tampoco turistas (también era algo tarde).



He escuchado a Mariana hacer fotos con su mega-cámara. Le he comentado que sólo con escuchar el ruido que hace el objetivo al hacer la foto, da la sensación de la foto ha sido impresionante. Pero yo, con el dominio del idioma castellano que me caracteriza, digo algo así como: "menuda foto acabas de tener que hacer". En fin, un poco recargada la frase ¿no? Parece que no me sienta bien andar con tantos idiomas al mismo tiempo. No, en serio, estoy desempolvando mi inglés, hoy me he notado con mucha soltura. Y el japonés lo voy cogiendo poco a poco, ¡nos ayudan mucho las chicas!

Como teníamos que volver a la universidad porque habíamos quedado con las japonesas para cenar, tomamos el bus y volvemos. El sitio propuesto ha sido... ¡un restaurante de sushi! El comedor era muy curioso. Había una larga barra móvil que hacía un recorrido por todas las mesas, llevando platos y platos de sushi, alguna sopa, postres... cogías el que te parecía, menos los platos que estaban en un cuenco rojo que eran encargados. Esos encargos los hacías con una pantalla táctil junto a la mesa, y al rato pasaba delante de ti el plato. Hemos probado muchas combinaciones: con pulpo, gamba, verdura, con alga, sin alga... pero el que más me ha gustado ha sido el de atún crudo. Nunca había probado pescado crudo. No sé cómo será el resto, ¡pero este atún estaba buenísimo! ¡Quiero volver a probarlo otra vez! Ya me he quedado con la palabra de atún, se dice "maguro". ¡Os lo recomiendo! Era muy suave y tierno, se nota que se llevan el género bueno.

¡Ah! Además, en las mesas teníamos salsas típicas, de soja y wasabi entre ellas. Y no sólo eso. Uno de los recipientes contenía un polvo verde, que era té. Así que cuando querías, echabas un par de cucharadas, te llenabas tu vaso de agua caliente y ya tenías el té (teníamos grifo caliente en la mesa, pero para la fría había que levantarse).

Al final, una cosa curiosa. Debajo del grifo, podías meter los platos usados, que se usaban... ¡a modo de ficha para una especie de juego de lotería! No nos ha tocado nada, pero ha sido divertido.

Vista general del restaurante:



Aquí estamos cenando muy a gusto. El aparato que tenemos en la mesa y que parece un ordenador portátil mini, es una especie de diccionario multilengua informatizado, tremendamente útil. Los aparatos decentes cuestan a partir de 20000 yenes. Me estoy planteando comprar uno, pero estas cosas las dejaré para el final según disponibilidad de pasta.



Éste es el de atún, el que me gusta:



Ya terminada la cena (6 platos de sushi más postre y té, menos de 1000 yenes, ¡es el paraíso!), hemos vuelto al hotel. Algunos hemos ido a un supermercado al que no habíamos ido nunca. Tiene mucho más surtido que otros, es como sería un Mercadona o Eroski aquí. Quería sólo un poco de fruta... ¡pero los precios de la fruta se disparan! Enseguida, la bandeja de lo que sea costaba más de 1000 yenes. Así que me he conformado con unas rodajas de sandía, que sólo costaban 200.

Y aquí estoy, de vuelta en la habitación, con ganas de dormir. Aunque creo que me daré una buena ducha fresca, que aún no se me ha quitado el calor del día. ¡Hasta mañana!

PD: las fotos de ayer ya están puestas, ¡que las disfrutéis!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola:

En este lluvioso día que tenemos hoy en Donostia, me he quedado sin ver las fotos de tu visita a Nara. Sin embargo las de ayer si que las puedo ver (¿¿??) así que no se si es problema de mi equipo "uqué"...

Agur
Chema

Anónimo dijo...

Hola,

Nosotros tampoco podemos ver las fotos de Nara.
Pero nos preguntamos;cuando vais a clase? Vaya chollo de escuela...
Nos apuntamos.

Kawai

Xabier Cortes dijo...

Ahora deberíais ver las fotos. Las cambié de dirección en mi album, y puede que por eso no las viérais (yo sí las veía, no sé por qué esta diferencia... tal vez porque mi PC la guardó en su memoria).

Kawai, las clases son más bien para comprobar que vamos progresando, por eso no hay muchas. De lo que se trata es de tener mucho contacto con gente japonesa para hablar con ellos en japonés tanto como se pueda, y eso se aprende mejor en la calle que en clase.