Poco a poco, vamos metiéndonos más en el ambiente. Llevamos sólo 5 días, ¡pero parece que llevemos una eternidad aquí! Eso es que estamos aprovechando los días. El día de hoy ha sido más de trabajo que de diversión, así que hay poca foto.
Y efectivamente, tocaba volver a clase. Hemos cambiado tanto de aula como de profesor. Nuestra profesora de hoy se llama Kawano. Es una mujer muy dulce y habla de forma que se le entiende de maravilla, nada que ver con Hiroshi, el profesor del martes.
En clase, hemos dado un rápido repaso a la forma de tratar de los adjetivos, mientras describíamos la excursión de ayer a Nara. Al parecer les gusta preguntar sobre nuestras experiencias. Es una buena forma de practicar también.
Además de eso, hemos empezado a utilizar oraciones más complejas con varios verbos. Bastante difícil para mi nivel, pero como la profesora habla muy claro la verdad es que se hace más llevadero.
Las clases han sido densas, pero lo cierto es que hacía falta un poco de caña para mejorar el nivel de idioma. Mañana cambiaremos otra vez de profesor, ¡a ver qué tal es!
Después de clase, hemos ido a comer de nuevo a la misma cafetería de la universidad. Nos gusta la Cafetería Libre, tiene comida de varios sitios: china, con curry, japonesa, americana, italiana etc. Así cada día cambias un poco y no te cansas. Por mi parte, hoy he tomado un primer plato chino (una ensalada de pasta con una gamba, tomate, pepino y huevo hilado), y de segundo un plato de arroz al curry con una especie de algo empanado, que parecía una croqueta plana cortada en tres. De postre una rodaja de pomelo y unas natillas de chocolate (aquí las beben, les ha hecho gracia que yo usara la cuchara). Las japonesas que comieron delante de mí (las dos Miki con las que cenamos ayer) se sorprendieron que comiera tanto. Pues vaya, si esto es comer tanto... ¡a ver qué pasa cuando vengan a un asador de los que hay por el norte!
Hemos tenido que comer rápidamente, porque ya a la 1 tocaba una segunda sesión de instrucción. No era de idioma, sino de una clase de orientación tipo concienciación de lo que uno se puede encontrar en nuestra estancia con la familia. Un profesor muy majo, Smith, canadiense, nos ha estado contando sus experiencias y ha hecho unos ejercicios muy interesantes:
Nos ha dividido en grupos heterogéneos para comentar nuestros diferentes puntos de vista sobre las estancias en una familia de cultura diferente. La verdad es que con la simple charla entre todos nos ha hecho aprender mucho unos de otros. Además, para procurar que no nos fuéramos por las ramas, cambiamos de grupo varias veces. Cada vez teníamos que tratar diferentes aspectos del tema. Cada vez que rotábamos, algunos salían delante para opinar sobre lo que nos preguntaba Smith. A mí me ha tocado salir la última vez, ya para despedir el evento y opinar sobre la actividad llevada a cabo. La verdad es que me ha encantado, nos hemos enterado de bastantes cosas y no sólo de japoneses. Eso está muy bien a la hora de abrir la mente.
Además, he podido hablar con Thomas Worker, que resulta que es un chaval que está en la misma familia que yo aquí. ¡Resulta que esta familia va a acoger a dos estudiantes! Vamos a estar 8 personas, según me ha comentado el propio Kuni en el MSN (así se llama el chico que me va a acoger). A ver cómo nos apañamos.
Después de esto, teníamos un par de horas hasta hacer kendo. Como al final iré a comprar la ropa de kendo mañana (sí, esta vez sí), he ido a una tienda de segunda mano para conseguir algo con lo que hacer kendo sin importar que se quede sudado. Por 1400 yenes he conseguido un pantalón corto blanco y una camiseta gris, que me da más que de sobra. ¡Había un montón de cosas en un estado perfecto!
De hecho, mirad lo que he encontrado:
Esta consola casi es de coleccionista, ¡y por 1290 yenes te la llevas! Estaba impecable. Si la compro con el tiempo ganará valor, estoy seguro.
Te podías encontrar vaqueros muy bien cuidados por menos de 1000 yenes, estoy pensando en pillar alguno... había hasta la chaqueta y pantalón de un traje por unos 10000 yenes.
Después, como había tiempo hasta las 17:30, he vuelto a la habitación a hacer parte de unos deberes que hay que hacer para mañana (una redacción sobre nuestro viaje a Nara) y he iniciado esta misma entrada del blog, para adelantar un poco.
Enseguida he tenido que tomar el bus para ir a la universidad. Tienen al lado la zona deportiva, y es ahí donde se hace kendo. Al llegar allí ya estaban la mayoría preparados, aunque hemos empezado a las 17:30 exactas. Algunos senpai (alumnos más antiguos que uno mismo) me han pedido que hiciera un poco de traductor para los angloparlantes, para explicar algunos conceptos. Espero haberlo hecho bien. También se han interesado por el kendo que hacemos en España, si van maestros japoneses allí y demás cosas.
En cuanto a nuestra clase de kendo, la verdad es que hoy los senpai estaban un poco perdidos, no sabían muy bien qué ejercicios proponer. Los 10 primeros minutos hemos estado haciendo algunos ejercicios sin mucho fundamento, y no ha habido un calentamiento propiamente dicho. Tampoco habría hecho falta porque hoy también hacía un calor horrible y tremendamente húmedo. Así que antes de hacer nada ya estaba la camiseta sudada. Bueno, para eso la había comprado, ¿no?
No hemos avanzado técnicamente mucho desde el primer día, así que hemos trabajado lo mismo más o menos. Es lo que toca. Cuando ha venido el mismo chico que dirigió la clase el otro día, los ejercicios han sido más interesantes. Cuenta mucho la imaginación a la hora de proponer cosas para hacer.
Hoy no me he podido quedar a ver su entrenamiento, pero he podido preguntarles qué es eso que dicen cuando chocaban los puños entre los que están en la cola. Dicen "faito", fight en inglés (hay muchas palabras inglesas japonizadas, y el silabario katakana casi siempre tiene palabras de este tipo -> por eso es muy útil dominarlo cuanto antes si sabes inglés). El sentido de faito no es el de enviar a la lucha, sino de mantener el espíritu fuerte entre los compañeros, según me ha explicado el senpai.
Al terminar la clase, les he sacado una foto mientras estaban de charla, para que veáis un poco el dojo. Está sacada desde la puerta:
¡Ah! Resulta que el que lleva las clases de los japoneses (la verdadera clase de kendo, digamos), ¡realmente tiene 21 años! Confirmado (en la foto es el de la derecha en primer plano, ya siento el desenfoque, pero la he tomado de improviso, intentaré tomar una mejor). Es un shock. Diría que tiene la masa muscular de alguien de 40, por eso me equivoqué. Además, como los japoneses tienden a tener menos barba y menos pérdida de pelo, me resulta difícil decir la edad. En fin, que he pedido al senpai perdón por semejante desliz. Me ha dicho que daba igual, pero yo sigo en mi estado de trauma profundo. ¡He dicho que tiene casi el doble de edad!
La próxima vez podré ir con hakama y dogi, ya me han dicho que puedo utilizar los vestuarios. Al menos iré más presentable, como tiene que ser. Lo malo es que hasta el martes siguiente nada, ¡me da mucha rabia!
Al salir del dojo, hemos ido los ingleses, australianos y un servidor al hotel, a darnos una buena ducha porque estábamos empapados. Efra se ha quedado viendo el entrenamiento de los de kendo de nuevo, ¡ya nos contará qué han hecho hoy!
Las otras compañeras han empezado con el ikebana, o arreglos florales. A ver si les pillo en un momento para que nos comenten cómo funciona eso.
Al poco rato de salir se ha puesto a llover bastante. Espero que refresque, la calle es como un horno. Al menos, los interiores tienen buena temperatura, algunos se quejan del aire acondicionado, ¡pero para mí es una salvación!
Por lo pronto, nada más por aquí. A ver qué nos depara el día de mañana, todavía tengo que terminar los deberes que nos han puesto.
jueves, 3 de julio de 2008
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3 comentarios:
Hola "kendarra":
Lástima de "bocholno" que has de soportar. Por aquí, algo de sirimiri por la mañana y solete por la tarde, pero temperatura muy agradable.
Dile al profe de kendo ese que no se meta tantos anabolizantes...que reducen el tamaño de los txstxcxlxs (juas, juas, juas).
Me voy al Piri cuatro días. Te "veo" a la vuelta.
Agur
Chema
Venga, pásalo bien por allí! Ya me estoy acostumbrando, ayuda mucho el tener la habitación a una temperatura agradable y poder dormir bien.
Además la cama es anchísima, diría que 1,90 x 1,20.
q de cosas aces, joe, espero ansioso el dia en que puede acer yo tb ese viaje, un saludo!
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