martes, 8 de julio de 2008

Visita a Osaka

Ahora sí, esta entrada es la buena. Como ya dice el título, el martes estaba programado acercarse a Osaka, una de las ciudades más conocidas e internacionales de Japón.

Del mismo modo que la excursión a Nara de la semana anterior, quedamos en la universidad para tomar el bus todos los estudiantes de intercambio y los asistentes que tenían tiempo. Alguno se volvió a quedar dormido, y se quedó sin excursión... ¡pobre, no sabe lo que se ha perdido!

El viaje de Kyoto a Osaka duró como hora y cuarto, aproximadamente. El límite de velocidad es bajo, de 80 km/h, así que hay que tomárselo con calma. Durante el trayecto, nunca sabes cuándo sales de Kyoto ni cuándo entras a Osaka. ¡Es una ciudad continua! Por ello, una gran proporción de las autopistas están "rodeadas" de paneles antisonoros, que a veces casi dejan la carretera que parece un túnel. Nada que ver con las vallitas que ponen en algún que otro lado de las carreteras de allí. Aquí los construyen a conciencia.

Bueno, hemos ido directamente al Castillo de Osaka, Osaka-jo. Resulta que es un complejo amplísimo de muros, fosos, torres... construido a finales del siglo XVI.



Aquí tenemos los alrededores del castillo... ¡un momento! ¡Pero esto me recuerda a la ciudadela de Pamplona! Jardín, foso, muro... tiene que haber más.



Primera diferencia: el foso tiene agua. Seguro que en tiempos de guerra ponían cocodrilos, como en las películas. La torre de ahí dispararía flechas también ¿no? ¡Al que le tocara invadir esta fortaleza ya se le empezarían a quitar las ganas!



Pero por suerte nosotros no tenemos que entrar por la fuerza. El acceso es libre hasta el mismísimo castillo central, como un parque público más. Detrás de donde estoy podría verse una pequeña cola. Ahí es donde ya se paga (aunque a nosotros nos entra dentro del programa, hay que aprovechar).



La fortaleza a vista de pájaro. Dentro del castillo no dejaban tomar muchas fotos, sobre todo a objetos históricos o de relevancia cultural. Pero una imagen desde el aire puede fotografiarse sin problemas. Si hacéis click sobre la imagen podréis verla en mayor tamaño.

Nosotros entramos por la Sakura Gate, o puerta del cerezo, y antes de entrar ahí por el camino de la derecha (bajo la etiqueta de Sakura Gate podréis ver la torre que he fotografiado antes).

¿A vosotros también se os quitarían las ganas de tener que invadir esto? A mí ya me da quebraderos de cabeza. ¡La cantidad de gente que necesitarían!



Entre armaduras, biombos, espadas, documentos, piezas viejas e historia en general también había algo divertido. Por 300 yenes te dejaban ponerte uno de esos cascos (de mentirijilla por supuesto) y sacarte una foto. No estaba por la labor de ponérmelo yo mismo, así que conformáos con las fotos de estos chavales rememorando las antiguas gestas de los samurai.

Me he quedado un buen rato observando las armaduras. Al fin y al cabo, los de kendo usan algo similar. Básicamente, se ha conservado lo mismo: casco, que en vez de rejilla metálica usaba máscara. Algunos cascos con pelo, y algunas máscaras con bigote y perilla, dándoles un aspecto más fiero. Protección para el torax, barriga y pantorrilla. A diferencia de la armadura de kendo de ahora, parecía que todo ello iba en una misma pieza (do y tare unidos, en término técnico). Aunque no lo puedo confirmar porque... mirar sí, pero tocar no nos dejaban tocar (¡ni sacar fotos!). Lo mismo para los guantes, del mismo estilo. Lo que no sabía es que el guardamanos de las espadas las habían importado de Europa.

¿Cómo supe esto? Sucede que unos cuantos fuimos muy cucos y nos dimos cuenta de que había un guía hablando en castellano. Así que no dudamos en hacernos los ingleses o alguna otra cosa para escuchar de gratis.

Entre otras cosas, parece ser que desde aquí se quiso planear la invasión de las Filipinas españolas. España debía tener sólo 5000 soldados allí, mientras que aquí tenían 200000 soldados (sí, doscientosmil) listos para salir y arrasar con lo que encontraran. No lo hicieron porque en aquel momento, las guerras civiles eran la norma.

Nos dieron tiempo limitado para verlo todo, así que llegamos arriba y en 5 minutos tuvimos que ver las vistas, sacar fotos y bajar rápidamente abajo del todo.

Podemos ver parte del tejado decorado, jardines circundantes y la ciudad de Osaka.

Parte del skyline de Osaka: aquí los edificios son en general más altos que en Kyoto. Si en Kyoto no hay ningún rascacielos (salvo la Kyoto Tower), aquí hay unos cuantos, pero hay como varios sectores. No está todo concentrado en una zona.
Como podéis ver la imagen no tiene mucha visibilidad. Y es que estaba jarreando, diluviando o como lo queráis llamar. ¡Llovía muchísimo!

De vuelta abajo, la lluvia era cada vez peor... pero comimos ahí mismo, en un restaurante que estaba tras la imagen (bueno, restaurante-tienda de souvenirs, como siempre). Nos sirvieron comida abundante, udon, sopa de miso, arroz y una especie de guisado con algo de carne. No es que estuviera delicioso, pero llenabas la tripa.
Lo más relevante que ha ocurrido durante la comida ha sido el encuentro inesperado con una persona. He tenido la típica reacción que se tiene cuando ves a alguien conocido en unas circunstancias que no son las habituales: mirada fija un largo rato, abrir la boca como un pez, fijarse más, hacerse una y otra vez la pregunta de ¿realmente es esa persona? hasta que al final todos los indicadores están en verde y te atreves a saludar.
Bueno, el caso es que he encontrado a un compañero de clase de japonés de Pamplona, llamado Samuel. ¡Coincidir en tiempo y espacio en Japón, qué fuerte! Va a estar trabajando un poco cerca de Kyoto. ¡Desde aquí te deseo lo mejor!
Después de comer, hemos tomado el bus de nuevo, a otra zona de Osaka (menos mal que la lluvia ha dado una tregua). En concreto, nos hemos acercado a una zona comercial de esas con tejabana, ya conocidas por todos si habéis seguido el blog un poco. Esta la llaman Nanba, al parecer.
Pensaba que sería algo parecido a lo de Kyoto o Nara, pero no... si dije que Kyoto está lleno de tragaperras... Osaka está A REBOSAR, en especial esta zona.

Aspecto general de Nanba. Parece normal, pero casi todo es juego: desde tragaperras a máquinas de gancho para coger regalos, está repleto.


Realmente casi todo es juego, pero no faltan los puestos de comida. Este se merece la foto sólo por el pedazo cartelón que se han currado. ¿Os había dicho que uno de los platos típicos de Osaka es el Takoyaki? Son bolas fritas rellenas de pulpo a la plancha, con salsa por encima. ¿Dónde podemos encontrar un puesto?
Ah, no ha habido que andar mucho, ¡aquí lo tenemos! Y dicen que en esta calle dan los mejores takoyaki de todo Osaka. ¡Qué ganas!

¡Marchando una ración de 8 bolas de takoyaki! De verdad, riquísimo. Aunque he de reconocer que mi primera experiencia ha sido desagradable, porque te las sirven ARDIENDO. Y yo que me metí una bola entera, y sin agua a mano, qué mal rato. Aunque conociendo eso, espero que cuando vosotros probéis el takoyaki tengáis más cuidado.
Terminado el paseo por Nanba, hemos ido a un restaurante (va a ser la tercera comida del día, vaya ritmo). Aquí nos van a enseñar a preparar Okonomiyaki. Podría decirse que el Okonomiyaki es una especie de pizza al estilo japonés, porque admite muchos tipos de ingredientes. Aunque como veréis tiene poco que ver con la pizza salvo en eso. Esperad que me pongo el gorro de cocinero, y un delantal no viene mal.

¡Vamos a empezar! Para una persona: 100 gr harina, 300 mL agua, 100 gr de repollo muy picado, 1 huevo, un poco de rábano rojo picado (tiene mucho sabor, no pasarse) y una cantidad parecida de algo parecido a los cereales de arroz inflado (no sabría decir qué era, pero el aspecto era parecido (podéis prescindir de esto si queréis, no aportaba demasiado).

Mezclar la harina con el agua, en tres etapas de 100 mL de agua cada una, mezclando cada vez. Hum, ¡parece que va a ser un bizcocho!



Pero no, después añadimos encima el repollo, el rábano rojo y los "rice crispies". Por último el huevo. No pasa nada si se os rompe, porque todo esto hay que mezclarlo bien. Todo esto forma la "masa" del okonomiyaki (como si fuera la base de la pizza).
¿Y qué le ponemos? En esta ocasión, han elegido gambas, calamar y bacon. Bueno, para gustos... podéis elegir casi cualquier cosa que se os ocurriera para una pizza normal, y ponerlo aquí.

Primero echamos lo justo de aceite en la plancha. Era tan poco que usábamos una especie de brocha para extenderlo. A continuación, y con la plancha templada, echamos parte (2/3) de la masa ahí. Encima ponemos los ingredientes de elección.

Una vez hecho eso echamos lo que queda de masa encima de todo. Poned fuego medio suave, ¿ok? Que es para largo y se os puede quemar lo de fuera sin haber cocinado los ingredientes de dentro.

Cuando se ha hecho un poco le damos la vuelta. Así varias veces, para que el calor llegue bien al interior sin quemar el exterior.



Para terminar añadimos salsa de okonomiyaki (difícil de encontrar por allí, seguramente), un poquito de mayonesa, y a falta de perejil echamos tiras de algas secas.
Y así tenemos un plato con fundamento, rico y para toda la familia.

Con esto ha terminado nuestro tour por Osaka. Hemos recibido una especie de diploma en el que se supone que dicen que sabemos preparar el okonomiyaki. Al menos sí creo que sé contar cómo se prepara. Y sabía muy rico. Lo malo será encontrar ingredientes de aquí una vez haya vuelto. Ya se nos ocurrirán ideas con las que preparar un okonomiyaki decente sin tener que buscar tienda por tienda ingredientes difíciles de encontrar.

Hemos vuelto a Kyoto de nuevo en bus. Desde la universidad hemos ido al hotel para darnos una ducha y salir a cenar poco después. Hemos quedado las asistentes, Alejandro (conocido por los arquitectos y dentro del mundo del kendo) y un servidor, para picar algo mientras los demás terminaban lo de Kyudo. Dicen que no van a poder tirar ni una sola flecha antes de irse, ¡qué pena! Por ahora siguen con una especie de tirachinas para acostumbrarse a las posturas que se toman.
Han vuelto de kyudo rápidamente, y hemos cenado enseguida y un poco de todo: brochetas de teriyaki entre otras cosas, pizza... y al parecer, servían una especie de judías con la cerveza. Según me explicaron lo toman con el alcohol.
Tras esta cena, nos hemos despedido y nos hemos ido al hotel. Lo malo es que ha tenido que ser a pata, porque ya eran las 23:10 (los autobuses dejan de funcionar a las 23). Bueno, hacía menos calor que otros días, no llovía y podíamos bajar la cena, así que no vino nada mal el paseo.
La entrada del miércoles 10 tendrá que esperar unas horas. Sé que mañana podré meter esta y la del jueves, así que no desesperéis. ¡A cuidarse!

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Xabi,
acabo de visitar por primera vez tu blog y francamente me he quedado sorprendido con lo avanzado que está y la cantidad de información que das. La verdad es que no he tenido tiempo de leerlo todo, pero he retrasado la salida de la oficina sólo porque me ha parecido interesante y entretenido. Ahora tengo un bujero en el estómago y me voy a comer, que me ha entrado mucho hambre leyendo tus detalladas descripciones de los menús. Por cierto, pensaba que no probabas el pescado y menos crudo.
Sigue mejorando tu técnica de Kendo y purificándote con tanto templo. Te voy a leer más a menudo que está más interesante que cualquier programa de TV.

Saludos

Fer

Anónimo dijo...

Xabi!!!!

Hmmm Takoyaki, es mi proximo experimento culinario, saben tan ricas como pinta tienen????
Que tal el chico de la familia, majo??? hablas todo el rato con el en japones o tambien ingles??
A ver que tal en el parque de atracciones.
X cierto lo del reloj era un reloj de los de manecillas con segundero (importante porque es para contar el pulso) de correo de cuero o parecido no de metal y con los numeros en japones. De esos de todo a 100 yenes jajaj nada caro y si es caro que le den.
Un abrazo
Abayo

Anónimo dijo...

hola!!
joe que no sabia que se podia escribir aqui! en fin, son las 3.30 d la mañana, acabo de llegar a casa de san fermin, y seguramente mañana ire a hacer tiro con arco. Me dais una envidia... En serio, os odio a los 5 q habeis ido, sobre todo a efra, y mas despues de haber visto la fotito esa acariciando al ciervo. Porfa, dile q de parte de javi que gracias (dile q le mande un sms diciendole lodel mail) y que recuerdos d la gente d aiki. Y tmb q mantenga su trato de volver hablando japones.
Para los demas nada especial, q os lo paseis genial, q lo mereceis.
Unos besicos,
Marina :)

Anónimo dijo...

Hola Xabi,
te llevo leyendo todos los días que puedo y está genial. Es la mejor manera de enterarse de todo para que a la vuelta no tengas que estar repitiendo las cosas. A mi lo de escribir no se me da muy bien.
La clase de cocina de hoy ha estado muy bien. Habrá que probar aquí como sale. Ya me gustaría probar todas la cosas que estas comiendo por ahí. Tienen que ser todo sabores muy distintos. Por que lo que hagan aquí será todo adaptado al gusto occidental.

Saludos
Eva

Xabier Cortes dijo...

¡Hola Eva!

No sabía que tú también andabas leyendo. ¡Espero que no resulte pesado leer tanto!

Y sí, los platos hay que probar a prepararlos un día de estos.

Marina, ya le he dado recuerdos a Efra, aunque sé que ya has hablado hace un rato con él.